martes, 21 de junio de 2011

Crecer.

En esta etapa de vida, ha habido una gran ruptura con mi vida pasada en todos los ámbitos (amor, estudios, trabajo, amistad…) y, fíjese usted, cómo son las casualidades de la vida. Haciendo limpieza hoy entre toda la montaña de papeles que concentra nóminas, contratos, solicitudes, declaraciones de Hacienda, poemas sobre servilletas, notas de amor, cálculos de liquidaciones, fotos antiguas… he encontrado algo que me ha revuelto lo más profundo de las tripas.
Recuerdo haberlo leído de lejos, sin atención, pero hoy me he dado cuenta de que a pesar de todo mi historial con esta persona, se ha convertido en un pilar fundamental de mi vida. Hoy quiero compartir la maravillosa suerte que he tenido de tenerla a mi lado, sin contar con todos los defectos que tiene, a través de una carta que me envió calculo hará un par de años.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho.




Imposible atravesar la vida sin que el trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin equivocarse en un negocio. Ese es el costo de vivir. Sin embargo, lo importante no es lo que suceda, sino como se reacciona.
 Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza ni debilitamiento de voluntad ni pérdida de fe.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo de vivirla. Cuando acepta su destino, pero tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
Uno crece cuando se enfrenta al invierno aunque pierda las hojas.
Recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.
Uno crece cuando es capaz de afianzarse con residuos desilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores… y de encenderse con residuos de amor.
Uno crece dándole a la vida más de lo que se recibe.


Un pequeño ramo de flores para un gran ramo de vida. Con amor.


Mamá.

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