martes, 21 de junio de 2011

Hombre.

En tiempos como estos hay que concentrarse en necesitar a alguien.
En tiempos como estos hay que esforzarse en contener el último aliento.
En tiempos como estos hay que saber observar, preguntar y perdonar;
aunque la verdad no sea absoluta.



Y qué si tus entrañas huelen a jazmín de verano.
Y qué si tu piel se convierte en aterciopelado cuero al roce con la mía.
Y qué si tus palabras tienen precio.

Si con tus ojos me haría un par de pendientes para la más digna cortesana.
Si con tu boca fabricaría unos “buenos días” para despertar cada mañana.
Si con tus manos captaría todo el calor que surge de mi hogar.

No eres intocable. No eres inmortal.
Eres sólo un hombre, un hombre roto por dentro, como lo somos todos.

[Img: Chema Madoz]

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