martes, 21 de junio de 2011

Nantes y abril.



Entonces, volví a Nantes. Tiré toda la poesía, la medicina, la astronomía, la música y la teología directamente por la ventana. Si me lo hubieras dicho, memoria, no hubiera revuelto entre tus cajones sin querer. Tú, sellado con olvido; Yo, habiéndote borrado.

Escapé, huí y corrí tanto como supe, pero los paralelos desconocen el sentido del desastre. Nueva vida, nuevos lugares, nuevas macetas, nuevas maletas, nuevas borracheras, nuevos vicios, nuevos escalones y nuevas pieles. Todo da igual, no hay remedio, siempre estoy en Nantes. O tal vez, yo sea Nantes.

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